Entendemos los proyectos expositivos como procesos vivos; como una continuación más del proceso de vivencia, investigación y creación artística que culmina con la exposición. La exposición ofrece una visión global del proyecto, acercándonos a sus orígenes, a su desarrollo e interacción con distintos espacios y colaboradores, así como a las conclusiones.

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Encontramos distintos tipos de piezas expositivas. En ellas, la voz siempre nos acompaña en forma de canto, palabra o música y nos invita a la introspección, la reflexión y el movimiento; la danza vivenciada en el proyecto es nuestro punto de partida, la base para crear una nueva danza al tomar contacto con el espacio expositivo; a través de la pintura creamos murales basados en la vivencia y la investigación, siendo pieza fundamental en la exposición; las fotografías documentan nuestro proceso y son a la vez pieza expositiva; y los audiovisuales nos remiten al punto de partida y profundizan en aspectos concretos. Todo ello orientado a ofrecer una mejor y mayor comprensión del contenido expuesto.

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Antes de cada exposición realizamos una nueva acción de contacto con el espacio o los espacios vinculados, para ofrecer a modo de ofrenda al espacio expositivo y a sus asistentes, una acción realmente basada en la experimentación ya vivida, generando a su vez una nueva pieza expositiva.